—No vuelvas a desobedecerme, la primera vez siempre puede tomarse como un aprendizaje, la segunda sería una ofensa directa a mí. Adoro que te desvivas por mis hijos, yo también lo hago y eso no quita que siempre me fijo en lo que te pones, en que usas y que no, en sí comes hoy con la mano izquierda o con la derecha. —Lo miré.
» ¡Ves!, nunca me lo has dicho, pero entrenas ambas manos y esa es una técnica de camuflaje muy buena, no todo el mundo domina ambas manos, puedes pasarte por una persona derecha o una zurda.
» El día que decides usar la mano derecha haces todo con la derecha y lo mismo haces con la izquierda, tus firmas son idénticas con una mano o con la otra, la diferencia es que al hacerla con la izquierda le pones un punto al final. —nunca dejaré de admirar a este hombre, solo la agencia sabía que soy ambidiestra.
—Enséñame, a hablar sin hablar.
—Gánatelo.
Dijo con picardía, me dio la espalda para terminar de bañarse, luego lo hice yo. Al salir del baño, él cargaba a Sergio.