10. La Protectora
Menhir sabía que no era el momento. Andara era menor de la edad necesaria para llevarla al Lago de las Promesas. Debería esperar, si realmente la quería para él. ¿Cómo iba a ser capaz de lograr algo así? Aún faltaban un par de años por delante, tiempo que nunca le había parecido tan tortuoso y difícil.
Vivienne ni si quiera le preguntó a su amiga por el nuevo mechón que adornaba su rostro.
- Se te ve hermoso, me encanta. ¡Te da un aspecto tan mágico! Yo también quisiera uno así - dijo ella, mostrándole una expresión infantilmente triste. Andara sonrió frente a la carita tierna que hizo y la tomó del brazo para salir a busca su trabajo en la Villa.
Luego del mágico momento entre el Alfa y la humana, él le sonrió y se fue a su habitación apretando las manos fuertemente para contener el deseo de abrazarla y no soltarla jamás. Salió de la habitación sin mirar atrás y se recostó en su cama, rememorando la sensación de sostener la mano de su Sol mientras escuchaba su promesa sagrada. Se d