Adelio esbozo una ligera sonrisa y dijo con confianza: —Abuela, mientras estuve afuera, conocí a un amigo. Tiene una influencia considerable, y con su apoyo, te aseguro que la familia Landa no se atrevería a tocar a la familia Abarca.
—¿Un amigo? —Todos los presentes se llenaron de curiosidad.
¿Qué clase de persona podría ser tan poderosa como para no temer a la familia Landa?
Adelio levantó la barbilla con orgullo y, mirando a la multitud, continuó: —Este amigo mío es alguien de La Orden del Dragón Celestial.
—¿Quién? —La abuela Abarca se estremeció un poco al escuchar el nombre.
La Orden del Dragón Celestial.
Ese era el organismo más poderoso e influyente en toda Luzveria. Ante ellos, tanto la familia Abarca como la familia Landa, e incluso las familias más ricas y poderosas de Solestia, no se atreverían a levantar la voz.
Adelio, inhalando profundamente, respondió: —¿Han oído hablar de los cuatro comandantes bajo el mando del jefe de La Orden del Dragón Celestial?
—¡Sí, claro