Mayo 18Han pasado poco más de dos semanas desde el fatal encuentro de Damián y Tristan. Dos semanas en las cuales aparentemente todo esta bien entre el rubio y yo, y digo aparentemente, porque él se ha esforzado por fingir que no está molesto por lo ocurrido, se ha esforzado en serio por perdonarme lo que considera una traición de mi parte.Y es qué, probablemente aquella madrugada en la qué me perdonó a cambio de un perdón de mí para él, pensé que al bajarse su borrachera estaría enojado pero qué al final del día él estaría bien conmigo y todo a su alrededor, pero no, una vez más me equivoqué respecto al rubio. Y es qué era un perfecto impredecible, y lo que hizo al amanecer de esa madrugada, fué ignorarme totalmente durante todo el día.Al irnos a la cama, por lo menos me dió las buenas noches y seguidamente se giro y sin subir un solo dedo sobre mí, me dió la espalda y así se durmió. Al día siguiente de lo ocurrido pareció entender mi posición y con voz distante y gélida rompió la
03/08/2008Damián Webster.—¿Por qué los golpeaste?— la voz enojada de mi padre siguía sonando por el minúsculo espacio del enorme camión que conducía desde hacía unas muy largas horas, el mismo que en la parte trasera llevaba dos toneladas de cocaína.— ¿Sabes por lo menos la magnitud de los problemas que se avecinarán sí el jefe de esos hombres se enoja por lo que les hiciste?Di un trago a la botella que me acompañaba para luego dejarla en su lugar.—¡Es mi maldito problema!— grité de mala manera, y es que las palabras que esos hijos de puta, se repetían una y otra vez por mi mente.—¡No!— gritó de vuelta a través del auricular.—¡No es tu maldito problema! ¡Es de los dos! ¡De todos!Sus gritos solo provocaron que la rabia me envolviera en su totalidad. Mis dientes se apretaron y casi pude sentir mi sangre hirviendo en mi cabeza, mis manos se afianzaron con tantas fuerzas al volante que claramente pude ver mis nudillos perder el color piel y tornarse a un crudo blanco.—¡Se lo merecí
Mayo, 18Había olvidado todo, mi mente parecía haberse quedado en blanco excepto por la voz del fiscal repitiendo una y otra vez las palabras que acabaron con todo mi maldito mundo. Me sentía horriblemente mal, ahogada, sofocada, enojada... Triste, muy triste y decepcionada.Mi mente no ha parado de dar vueltas desde el momento exacto en que pude entender claramente lo sucedido años atrás. ¿Como pudo ser? ¿Que demonios pasó? ¿Como mierda terminé casada con el hijo de puta que en una noche acabo con todo lo que tenía?... ¿Como pudo burlarse de mí de esta forma?En segundos ví mi mundo caerse, todo lo que creí que había construido, toda la felicidad que probé gracias a él, todo, absolutamente todo, se vino abajo. ¡Mató a mi familia! ¡A mamá! ¡A papá!... A Jean.De mis ojos no paraban de salir lágrimas pesadas y calientes, y es que el dolor que estaba sintiendo era inexplicable, era tortuoso y asfixiante. Con cada pensamiento o imagen que mi cerebro creaba para mí, podía ver claramente c
—¡¿Que mierda haces, Damián?!— escucho gritar a Hansel, pero su voz a mis oídos llegaba muy baja. Supe entonces que me estaba pasando.— ¡Te dije que te quedaras en la cocina!—¡No me jodas, Hansel! ¡No iba a quedarme en la maldita cocina viendo como dejabas que se fuera del edificio!Empiezan a discutir mientras que a mí poco a poco el aire se me va. No estaba preparada para verlo, para sentirlo cerca un a vez más, sabía que un encuentro con él después de lo sucedido me sacaría de mí, tenía muy claro que un encuentro con él cuando apenas ha pasado menos de una hora y media, me haría perder totalmente el control de mí misma, el mismo control que aprendí a manejar gracias a él.Desde aquella noche de invierno en las bodegas, desde aquel fatídico incendio en que los policías y todos dimos a Damián por muerto, que no había pasado por otro de estos agobiantes momentos.Ellos seguían discutiendo y no fué hasta que me dejé caer sobre el piso que voltearon a mirarme. Hansel de inmediato se ac
Damián Webster.El reloj marca las nueve y cuarenta de la noche y sigo aquí en la mansión. Han pasado muchas horas, ya Ámbar ha de haber despertado, pero aún así no he levantado mi trasero de esta silla, no he salido de la oficina en la que llevo horas encerrado, para tomar a mi hija e irme a casa.No lo he hecho porque simplemente no sé como carajos explicarle las cosas, no tengo ni la más puta idea de cómo mirar sus ojos mientras le digo que efectivamente fuí yo quien acabé con su familia.No sé qué hacer, no sé cómo proceder apartir de ahora, lo acepto. Estoy que la cabeza me explota, casi puedo sentir la sangre correr por mi cuerpo con fuerza. Me siento frustrado, muy cansado emocionalmente.Temo realmente a que su decisión de irse no sea sólo un impulso provocado por lo que recién acaba de descubrir. Temo perderla, perder a mi hija.—No. No Damián.— habla Hansel y dejo de mirar a la nada para observarlo a él. Con mis dedos saco el cigarrillo de mis labios y a desgana lo dejó caer
Mayo, 20La luz blanca incrustada en el techo del mismo color da de lleno en mi rostro. Mi corazón bombea con rapidez, pero no me inmuto, desde hace dos días ese es su ritmo normal. Los nervios y el miedo diario, se han vuelto parte de mí.Desde esa noche hace dos días, cuando tuve que pedirle a Tris que se regresara solo a la ciudad, y luego tuve que subirme en compañía de Amelie al auto de Damián, casi no he podido sacarmelo de encima. En lo absoluto le importa lo que quiero, como me siento o simplemente el hecho de que ahora repudio su cercanía, en que ahora lo ansió lejos de la misma forma en la que antes lo ansiaba cerca.El apartamento desde estonces pasó de ser el hogar dónde hace tan solo tres días atrás vivían solo una pareja y su hija, y hora Amelie había decidido quedarse a hacerme compañía junto a Noah, pues Damián no daba su brazo a torcer y por más que lo rechazaba, despreciaba e ignoraba, siempre estaba allí, nunca se iba.Ahora mirarlo, saberlo cerca sólo me provocaba
Mayo 23Hacía mucho tiempo que no venía aquí. Han pasado muchos años desde el día que salí del orfanato y decidí que este sería el primer lugar al que debía ir, también ese día decidí no volver a venir jamás.Y es que dolía como sí un millón de cuchillos atravesara cada centímetro de mi piel sin ningún tipo de contemplación. Fué realmente tortuoso pararme frente a las tumbas frías de mi familia. Aún puedo sentir el ardor en mi pecho aquella mañana cuando tan solo tenía dieciocho años.Era el mismo ardor que ahora estoy sintiendo, a diferencia que ahora también la culpa me anulaba todos los sentidos.Bajo mis pies, algunas ramas secas crugen al recibir mi peso. El cementerio está desolado, justo como aquel día en el que únicamente Camerón me acompañaba. Las nubes grises, cargadas de agua que en cualquier momento mojarían todo debajo de ellas, contrastan perfectamente con el sentimiento melancólico, culpable y triste que se mantiene en mi pecho.Estar en este lugar y a pesar de que no e
Damián Webster.Finalmente. Finalmente y de una puta vez me liberé de todas las trabas legales. Richards de una vez por todas se dió cuenta que alargar el maldito juicio me estaba haciendo perder la paciencia.No podía evitar sentirme aliviado, este era un inconveniente menos y ahora podía enfocarme únicamente en todos los problemas que tenía con mi familia... Con mi maldita esposa.He desistido, lo he hecho porque simplemente no quiero empeorar las cosas. No quiero tener que arrepentirme un día por lo que con mis manos pueda hacerle. Nunca había querido pegarle, nunca jamás en la vida ese pensamiento surco mi mente y el hecho de que hace unos días casi lo hago, me descolocó.Entendí entonces que realmente estaba mal, que ya no podía ni siquiera lidiar conmigo mismo. Las pastillas que a diario tomo, en estos días parecen no tener ningún efecto, y con el pasar de las horas, creo empeorar. Ya ni siquiera sé estar tranquilo, volví a la época en la que cualquier ruido me hacía estallar, e