**ANDREA**
El hombre la mira con desdén, como si fuera apenas un objeto más, un bulto molesto, y le responde con una voz grave que me hiela la sangre:
—Tú también eres parte del paquete.
Ella se revuelve, intenta zafarse, lanza insultos entre dientes, amenaza con un tono que intenta sonar desafiante, pero hay algo distinto esta vez. Por primera vez desde que la conozco, la veo temer. No es miedo contenido ni fingido, es verdadero, palpable, se le nota en la forma en que su respiración se agita, en cómo se le tensan los músculos, en ese leve temblor que le traiciona las manos. Y entonces lo entiendo, como si todo cayera de golpe sobre mí: Valeria no lo controla todo, no es la reina del juego como siempre ha querido hacernos creer. No esta vez.
Esto… esto tiene que ser el plan de Montenegro. Valeria no es más que una pieza en su tablero,
A mi lado, Camila comienza a moverse con torpeza. La escucho respirar con dificultad y luego murmura:
—¿Dónde estamos…?
Su voz suena entumecida, arrast