**SANTIAGO**

Y por primera vez... tengo miedo que la verdad no solo hiera... sino que lo destruya todo.

Respiro hondo.

El aire entra con dificultad, áspero, denso… como si supiera lo que está por pasar. Cada partícula que inhalo parece señalarme con el dedo: Es ahora, no puedes seguir huyendo.

Andrea está justo frente a mí. Sus ojos están empañados por la duda, por la incertidumbre. Como si algo dentro de ella supiera que este encuentro no es casual.

No sé con exactitud qué va a pasar. Solo sé que es momento de ser sincero, aunque eso me cueste todo.

—Me citaron aquí —le digo, y siento cómo la voz se me rompe un poco al final.

La veo tragar saliva, como si intentara ordenar sus pensamientos, buscar una explicación lógica a esto que claramente no tiene nada de normal. Noto el leve temblor de sus manos, el movimiento casi imperceptible de su pecho al respirar. Está nerviosa y mucho. Sin embargo, se mantiene firme.

—A mí también —responde al fin.

El silencio se instala entre nosotros sin