34- Celos malsanos.
Qué horas son estas de llegar-La voz autoritaria de Augusto la hizo frenar en la puerta de su oficina.
Valentina se fijó en que estaba algo irritado,más no le prestó mucha atención, sabía que su regreso a la oficina sería usado por su esposo para hacerle la vida imposible.
-¿Oye qué te pasa? No tienes derecho a decirme nada si llego tarde.
-Claro que lo tengo, soy tu jefe, aunque ya no sea tu marido estás a mis órdenes en esta empresa,no creas que por ser hija de los dueños tienes privilegios, tienes que cumplir horario como cualquier otro empleado.
La chica tartamudeó un poco para responderle.
-Lo sé y me disculpo, Pero había mucho tráfico.
-No es asunto mío,tienes que salir dos horas antes,no tolero la falta de responsabilidad ni la impuntualidad.
-No volverá a pasar-.Bajó la cabeza y sintió que la sangre caliente bullía por sus venas,las mejillas se le encendieron,se mordió la lengua para no protestar.
-¿Te vas a quedar parada mirándome?,ve a tu cubículo que necesito en mi