El hombre grande, se acerca a Kansas mostrando una sonrisa lasciva. Ella comienza a llorar antes que ni siquiera el toque, dejando escapar un débil “Por favor”, pero el hombre la ignorante deliberadamente y encesta un enorme puño contra sus costillas. Kansas grita y llora, otro puñetazo al otro lado de sus costillas, la joven se retuerce de dolor.
—¡¡Basta!! —chilla.
El hombre responde con otro puñetazo en medio del pecho dejándola sin aire. El cuerpo de la joven se mueve sin control queriendo poder seguir consciente. El hombre da un par de puñetazos más sobre los costados de la joven, como si ella fuera un costal de arena y él un boxeador entrenando para su siguiente pelea. Un fuerte puño se estrella contra la sien de Kansas dejándola inconsciente y otro en el ojo derecho que, aunque ella ya no pudo sentirlo, al hombre no le importó seguir. El captor se da cuenta de la pérdida de conciencia de la joven y detiene al hombre antes de que le vuelva a pegar.
—Ya se desmayó —le hace saber