Capítulo 100

Luego de terminar el desayuno, Bonnie se prepara para regresar al campus. Marcelo no había regresado de la empresa y secretamente quería verlo antes de marcharse, pero por otra parte era mejor así, ya que todavía se moría de vergüenza por el pequeño accidente con el jacuzzi. Luego de despedirse de Mateo, camina hasta el elevador personal, cuando las puertas se abren, la espléndida sonrisa de Marcelo la obliga a sonreír.

— ¿Ibas a irte sin despedirte? —curioso el italiano.

—Tú te fuiste sin despedirte —le acusa.

—Sí, lo siento por eso —Le regala otra sonrisa—. Pasé por tu habitación y estabas dormida —Le observa con detenimiento el cuerpo—. De hecho, estabas toda despatarrada sobre mi cama, con las sábanas enredadas entre tus piernas —La cara de Bonnie estaba al rojo vivo—. Entré, te cubrí bien y salí. No quise despertarte —termina diciendo y disfrutando el rubor de la joven.

—Ahora tengo ganas de que la tierra me trague —murmura haciendo reír a Marcelo.

—No entiendo por qué —Da un pel
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