—Sí, ahora no se que va a pasar con el pequeño Richard— dijo ella.
— ¡No le va a pasar nada cariño!— dijo él— iremos a la Corte y ganaremos, nuestro hijo no nos será quitado, te lo prometo, quiero que te vengas a vivir conmigo, para mi va a ser más fácil teniéndote cerca, casi vuelvo loco al no saber de ustedes.
— Esta bien, ya no tengo porque esconderme de Astrid, quiero darle la pelea de frente— dijo Camila.
—Lo primero que haremos es hablar con Bruce y tío Gerrit— decidió él.
Esa misma semana hicieron arreglos para volver a la ciudad donde vivía Richard.
Éste ya había hecho arreglos para tener una reunión con los Callister.
— Hola tío Gerrit, ¿cómo estás? —saludó Richard— ella es mi prometida.
— ¡Hola! Qué sorpresa recibir tu llamada sobrino, tenía algún tiempo que no conversaba contigo, recuerdo muy bien a la señorita Camila, lo que no sabía era que estaban comprometidos— dijo Gerrit.
Se acercó a la chica y dió un beso en la mejilla a modo de saludo
— ¿Cómo está señor? — s