“La forma para derrotar a un demonio es sencilla, tendrás que escribir sobre tu cuerpo el conjuro de exorcismo y, cuando estés frente a la persona poseída, elevarás tu energía al límite para hacer que la oración se traslade a las paredes y así se forme un círculo que encierre al ente maligno. Cuando esté atrapado, será momento de atacar”, recordó Marion.
Cuando vio a Demon revolcarse en el piso, comprendió que era momento de atacar con todo su poder e invitar a Adeline que sumara al exorcismo. De esta forma, el demonio no tendría otra opción que abandonar el cuerpo de su víctima y enfrentarse a ellos.
—Demon, te lo ordeno, abandona ese cuerpo —repitió con firmeza.
A pesar de esto, la entidad demoniaca seguía aferrándose al cuerpo de Lionel.
—¡Malditos! Primero mato a este idiota, antes de que ustedes se atrevan a tocarme —vociferó.
Adeline sintió escalofríos al escuchar que Demon planeaba matar a su hermano, que se plantó frente a Marion y exclamó aterrada:
—¡Alto! ¿Qué es lo que piens