DOUGLAS WARD
—¿De qué estás hablando, hijo? —preguntó ella, asustada.
No quería que se preocupara así, pero no tenía otra opción. No podía dejar que mi padre me quitara lo único que me hace feliz solo por su empresa. Si ese es el caso, voy a empezar mi vida de nuevo. Ya tengo un proyecto que voy a empezar solo y construiré mi nombre sin su ayuda. Él puede quedarse con su empresa y todo lo demás, siempre y cuando yo tenga a Aurora, eso es todo lo que importa.
—Hijo, estás tomando una decisión precipitada, no estás pensando con claridad ahora. —dijo ella, mientras yo oía un ruido de fondo.
—Hablamos de eso y él no quiso escuchar. ¿Qué más quieres que haga? ¿Casarme con esa mujer? Eso no va a pasar, mamá, no puedo dejar que eso pase, así que, que él se quede con la empresa; en cuanto a mí, me cansé de este drama.
Al fin y al cabo, la empresa nunca fue hecha para mí. Era todo para mi hermano, pero cuando la muerte se lo llevó y no había otra opción, mi padre, con mucho dolor, me impuso la