Capítulo 14.
Al salir de la biblioteca Amanda y su amiga se dirigen hacia la zona de la cafetería para comer algo aprovechando que todavía faltan veinte minutos para la primera clase.
— Espero que tengas los rollos de hojaldre que me fascinan – expresa Ana con ojos soñadores.
— Yo necesito café para terminar de despertar, comenzar a leer e investigar a las cinco treinta de la mañana sin cafeína es brutal – su amiga ríe a carcajadas — ¿qué? El café es la pieza principal de un engranaje como el mío Ana – dice Amelia sonriéndole.
— Pues yo no tomo café, mis dientes me lo agradecerán más adelante – expresa con suficiencia — y tú deberías eliminarlo de tu dieta ya que mi hermana es Médico Odontólogo y lo prohíbe – Amelia levanta las cejas en un gesto de asombro.
— Solo si prometes arrastrar mi caparazón dormido a cada clase lo haré – la morena se carcajea ahogándose casi con el jugo que está tomando.
— ¡Ok, me rindo! – sube las manos enseñando las palmas —. Necesitas ese líquido para existir