Cuatro meses luego…
— ¡No quiero un vestido blanco Ana! – la morena mira a su amiga ofendida por completo.
— Discúlpame, pero Ángela…
— Tengo siete meses de embarazo, los tobillos hinchados y un humor de perros Ana Blechman – la señala con el dedo índice — dudo que sea buena idea llevarme la contraria – advierte sutilmente una mujer que desde hace cuatro meses resurgió de sus propias cenizas como el ave fénix — y respecto a mi madre… pues, descansa en paz y dejémosla ahí - la chica niega con la cabeza y mira a quien va a ser el esposo.
— ¿Qué, yo no hice nada? – se defiende en contra de lo que sea tramen esas dos.
Según su percepción.
A Bastián Christopoulos le ha cambiado la vida gracias a un embarazo que resultó ser gemelar y en el peor momento de su existencia Amarantha – su hija que nacerá en dos meses – decidió que era tiempo de moverse en el vientre de su madre. Aquel día en el aeropuerto Amelia no pasaba bocado desde hacía dos días, pero su pequeña se negaba a aguantar e