99. HERMANAS
La música seguía sonando suavemente en el fondo, pero a ambos les pareció como si estuvieran en su propio mundo, aislados del resto por la intensidad de lo que acababan de experimentar. Se sentaron en silencio, simplemente disfrutando de la presencia del otro y de la complicidad que habían creado.
Ese momento, aunque tranquilo y aparentemente simple, fue uno de los más significativos de su relación. Fue un recordatorio de que, a pesar de sus miedos y dudas, estaban juntos en esto, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir.
La habitación bañada por la suave luz de las velas, creaba sombras danzantes en las paredes. El aire estaba cargado de una tensión palpable, una mezcla extraña de intimidad y malestar. La suave música de fondo parecía un eco lejano, incapaz de romper el silencio que se había instalado entre ellos.
Sofía y López estaban sentados uno al lado del otro en el sofá, sus cuerpos rozándose pero sin llegar a entrelazarse. Las miradas que intercambiaban