92. DECISIÓN Y PROTECCIÓN
Mientras tanto, López sabía que no podía bajar la guardia y que tendría que confiar en su equipo de seguridad.
—Ven, Sofi —le dijo López con cariño, guiándola al interior de la vivienda.
Estaban por entrar, cuando vieron llegar a la señora Elvira, acompañada de una enorme cantidad de autos cargados con todas las compras que había hecho, rodeada de los guardias de seguridad.
—Lo sabía —dijo López.
Sofía corrió hacia su hijo y se abrazó a él, soltando el llanto. Durante el ataque, lo único en lo que podía pensar era que si moría, su hijo se quedaría huérfano como ella, sin nadie en el mundo. López abrazó a los dos, mientras la señora Elvira los observaba con preocupación, sin entender porque se portaban así.
—Hija, si hubiera sabido que te iba a afectar tanto que me llevara a mi nieto, no lo hubiese hecho —dijo, realmente arrepentida al ver el estado en el que se encontraba Sofía.
—No es eso, mamá —se apresuró a aclarar el señor López—. Nos hicieron una emboscada cuando vení