88. CONTINUACIÓN
Delia asintió, impresionada por la determinación de Mía para ayudarla. Juntas, siguieron elaborando un plan para exponer a Sofía. Quizás haciéndose amigas de Lucrecia o el portero del edificio.
—Mía, tú tienes acceso a la oficina de López. Podrías aprovechar eso para buscar pistas en su escritorio o en su computadora —insistió Delia. — Tal vez encuentres algo que nos ayude a desvelar los secretos de Sofía —propuso Delia, con una chispa de emoción en los ojos.
—¿No te dije que Sofía dio la orden de que no me dejaran pasar a la planta de la dirección? ¡Olvídalo! —Gritó Mía sintiéndose frustrada.
—Enamora a un guardia, eres linda —Delia miraba a Mía con una mezcla de burla y complacencia.
Mía se mostró reticente ante la sugerencia de Delia, preocupada por las consecuencias si la descubrían husmeando en los asuntos personales de López. Pero finalmente accedió, convencida de que era necesario para deshacerse de Sofía.
—Está bien, Delia. Haré lo que sea necesario para salir de Sofía.