80. CONFESIÓN
Sofía dudó por un momento, pero finalmente se hizo a un lado para dejarlo pasar. Toda ella se estremecía del pánico que la envolvía. Ya se veía con su hijo en la calle viviendo de limosnas.
—Señor López, César…lamento mucho… —inició a hablar con un hilo de voz, pero fue interrumpida por López que le puso un dedo en los labios haciéndola callar.
—Sofía, lamento mucho lo ocurrido hoy. Fui un completo idiota celoso y te puse en una situación muy incómoda con Matías —lo dijo todo muy rápido tratando de evitar la otra conversación sin saber por qué —. Quiero que sepas que todo está bien conmigo y no permitiré que nadie te perjudique. Sé que es verdad que no tienes nada con él, ni siquiera eres su amiga. También me gustó que lo dejaras creer que eres mi esposa. No me molesté por eso, si con ello te ayuda a alejar a los extraños de ti, tienes mi permiso para utilizar esa excusa.
Sofía lo miró sorprendida y desconfiada, sin poder creer que él estuviera hablando de otro tema, y no del hecho