La mención de Lady Sabina desató un visible shock en los gemelos, quienes intercambiaron miradas cargadas de tensión, ajustaron sus corbatas y se removieron incómodos en sus asientos. Airis, había desentrañado que el joven lord era de hecho, el hijo de Javier, el gemelo dominante. César los observaba con detenimiento, consciente de que la respuesta que estaba por recibir sería crucial.

—No, no la conocemos —respondieron ambos hombres al unísono, y en ese momento, César comprendió que su confianza en ellos estaba irremediablemente quebrada.

César inclinó la cabeza ligeramente, un gesto que denotaba tanto comprensión como desconfianza. La mención de Lady Sabina había sido un golpe táctico, una jugada maestra que había perturbado la fachada de calma de los gemelos López. La reacción de ambos hermanos era un libro abierto para alguien tan perspicaz como César.

—Es interesante— comenzó César, su voz tranquila pero con un filo que cortaba el aire tenso de la habitación—, porque Lady Sab