El señor López asintió, agradecido por la fe que Sofía tenía en él. Ahora, sólo tenía que encontrar la manera de abordar el tema más difícil de todos. El timbre del teléfono sonó en ese momento haciendo que ambos respiraron aliviados, era la madre del señor López por lo que Sofía aprovechó y salió rauda del despacho cerrando la puerta

El señor López cogió el teléfono, su corazón aún latiendo con fuerza por la interrupción. Habló con su madre durante unos minutos, pero su mente seguía en la conversación interrumpida con Sofía. Tenía que hablar con ella, tenía que disculparse.

Cuando colgó el teléfono, se quedó un momento sentado en silencio. Sabía que tendría que retomar la conversación con Sofía, pero ahora también se sentía un poco aliviado. Tal vez no estaba listo para enfrentar esa conversación. Tal vez necesitaba un poco más de tiempo para prepararse.

Se levantó de su silla y caminó hacia la ventana, mirando hacia el bullicioso mundo exterior. La vida seguía su curso, a pesar de