220. VIGILANDO
Fenicio volvió a mirar por la mirilla al escuchar los ladridos de los perros que no se movían de debajo del árbol, al ver que todo seguía igual, luego miró a Mía a su lado para contestar.
—Los dejé encerrados, voy a hacer que Bee con su equipo le tire fotos de todos los ángulos, por muy gemelos idénticos que sean, estoy seguro que Airis logrará identificarlos y así podremos ubicar los lugares donde estuvieron ambos y tener una idea de quien dice verdad o no —explicó lo que había planeado viendo como Mía asentía de acuerdo con él. — Por cierto, ¿has visto a Carlos?
—¿Carlos? ¿Para qué? —preguntó Mía curiosa.
—Quiero saber algo y creo que él puede ayudarme en eso —se detuvo y la miró—, o quizás tu cariño.
—¿Yo? —preguntó ella asombrada. —¿Y que puede ser eso?
Fenicio giró la cabeza para ver a su linda mujer mirarlo llena de curiosidad y sin poder contenerse la volvió a besar echándole una mirada de fuego a dos de sus hombres que sonrieron al verlo, y se alejaron presurosos. Mía l