A medida que la reunión avanzaba, Sofía comenzó a notar ciertos comentarios y gestos sutiles entre Delia y Carlos que despertaron aún más sus sospechas. No podía ignorar la sensación de que algo estaba fuera de lugar. Y que ellos tenían una agenda oculta con su jefe. Buscó con su cabeza a Fenicio que le sonrió desde la puerta y asintió levemente.

― Señor López, ¿puedo hablar con usted un momento? ―intervino Sofía, tratando de disimular su preocupación.

El señor López asintió y ambos se alejaron discretamente del grupo de inversores. Estaba en verdad afectado, aunque no lo decía.

― Señor López, no confío en Delia y Carlos. Siento que están ocultando algo y sus intenciones podrían no ser honestas ―confesó Sofía, con una mezcla de preocupación y determinación en su voz.

El señor López frunció el ceño, mirando a Sofía. Aunque había aprendido a conocerla, no podía evitar sentirse sorprendido por las observaciones de su leal asistente.

―Sofía, funciona bien tu intuición. Vamos a mante