158. UNA VERDAD INESPERADA
Mientras tanto, Sir Alexander llegaba a la casa de los López. Fue recibido con una cálida bienvenida por Elvira, pero su mente estaba en otra parte. Sabía que tenía que proteger a esta familia del peligroso y resbaladizo Lord Henry. Y estaba decidido a hacer todo lo posible para asegurarse de que estuvieran a salvo. No le fallaría al amor de su vida esta vez, sin importar lo que tuviera que hacer. Mantendría a Elvira y a su familia a salvo.
—¿Qué te preocupa, Alexander? —preguntó Elvira al ver que no respondía a lo que acababa de decirle y le mostraba—. ¡Ale!
—Dime, querida. Perdona, ¿qué me preguntabas?
—¿Sabías algo de esto? —Elvira le mostró los resultados de las pruebas de consanguinidad que César le había entregado. Al revisarlos, Sir Alexander la miró fijamente, haciendo que ella, que esperara expectante su respuesta. Se sorprendiera con lo que siguió.
—¿No tienes nada que confesarme, Elvi? —preguntó muy serio Sir Alexander, mirando a su amada abrir los ojos sorprendida.
—¿