Lyon se vio obligado a romper el beso para gemir con los dientes apretados mientras un fuerte estremecimiento lo recorría de pies a cabeza y después soltó un jadeo. Su aliento se mezcló con el del omega debajo de él que tenía los ojos cerrados. Respiraba pesado, como si le faltara el aire. Aun así, era una imagen hermosa.
Ashary… siempre había sido lindo.
Estiró la mano y le corrió el antifaz hacia arriba dejando su rostro completamente descubierto. Rojo por la excitación, los ojos carmines brillantes con hilos dorados danzando en ellos en medio de sus largas y rubias pestañas. El cabello todo desordenado, la boca entreabierta hinchada y húmeda por el beso recién.
Pensar que tendría a alguien como Ashary así debajo de él y de mutuo acuerdo, sin ninguna droga, alcohol o celo. Eran ellos dos… dispuestos a tener sexo de forma consciente. Tragó en seco. Aquello era una locura, una locura más excitante de lo que pretendió. Su espalda se perló de sudor y su corazón latió con más fuerza en u