Con cada palabra los ojos de Ashary se fueron abriendo cada vez más alzando su cabeza con el rostro desencajado.
¿Cuándo demonios él había recordado todo aquello? Si en todos esos momentos el príncipe parecía que tenía la cabeza en otro lugar menos en su cuerpo. Y esos sucesos… esos sucesos...
-Esos fueron… accidentes que…- intentó decir, pero la mano de Lyon se puso sobre sus labios por encima de la tela que cubría esta zona.
-Pues justifícame esos accidentes cuando regresemos porque de los dos uno si tenía la mente clara- la mirada azulada con hilos dorados danzando en ella, mandó un estremecimiento a Ashary que nunca pensó que llegaría el día que tuviera que explicar cómo había terminado en aquellas situaciones tan comprometedoras cuando ellos no estaban en sus mejores momentos.
Acto seguido se quitó la mano de Lyon de su boca y le gruñó.
-¿En qué momento se giraron los papeles aquí?- y ahí estaba otra vez, el omega impasible que era complicado tratar con él. Y es que él acostumbra