Capítulo 286
La atmósfera opresiva pareció aliviarse un poco cuando vi la llamada de Néstor.

Le pedí a Adrián que regresara al hotel y me quedé bajo las luces de neón de la calle para contestar su llamada.

—Olivia.

La voz de Néstor llegó suavemente por el auricular.

Sonriendo, le dije:

—¿Qué te hizo acordarte de llamarme? ¿No estás ocupado?

—Mmm, te extraño.

Solté una pequeña risa, y sin querer levanté la vista hacia la luna.

—¿Estás en casa o fuera?

Hubo un par de segundos de silencio al otro lado antes de que respondiera:

—Estoy fuera, en el camino de regreso.

—Entonces, mira hacia arriba, la luna está tan redonda hoy. Ya podemos decir que estamos mirando la luna juntos.

Néstor soltó una risa suave, pero no respondió. Solo escuché un suspiro casi imperceptible que logré captar.

Mis labios, que se habían curvado en una sonrisa, lentamente se fueron doblando, sintiendo que algo no estaba bien.

Néstor estaba demasiado callado, muy diferente de su usual energía.

Intenté probarlo, fingi
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