Hoy una oronda clienta americana le ha pedido a Imi algo con su marcado acento tejano. Él no
ha entendido nada, como es lógico. Sabe bastante bien inglés, pero con los americanos tiene
siempre dificultades, especialmente cuando hablan demasiado deprisa y unen todas las palabras
en una especie de trabalenguas.
Después de haber repetido su pedido hasta tres veces, la clienta estadounidense ha perdido la
paciencia: IWannaTalkToYourSupervisor!, ha estallado. Andrew ha acudido al instante para
intentar apaciguarla:
–¡Señora, tiene usted toda la razón! ¡Lo que ha ocurrido es realmente imperdonable! Es que el
chico es nuevo, extranjero, sabe usted; se ha puesto nervioso, y ya no ha sido capaz de
comprenderle. ¡Le garantizo que no volverá a suceder nunca más!
La típica estrategia de dar coba, siempre acertada con los clientes difíciles. Hasta el punto de
que, al final, la mujer se ha excusado por todo el jaleo y ha dejado incluso una libra esterlina en el
cestillo de las propinas.
Andrew odia