Raquel Rivaille es una chica de 19 años que sufrió la desaparición de su padre siendo una niña. Está herida, se siente sola a pesar de contar con sus dos mejores amigos, y no le gusta estar rodeada de muchas personas. Ryan Miller es todo un misterio, un chico de unos ojos verdes intensos y penetrantes, todo de él emana la sensación de peligro y terror. Tras entablar conversaciones con Ryan, la vida de Raquel da un vuelco, y se ve rodeada de un mundo entre sangre y colmillos que pueden estar relacionados con la desaparición de su padre.
Leer másEstaba tan agitada que me sorprendía que el oxígeno aún llegue a mis pulmones, y los latidos de mi corazón eran tan rápidos que podría jurar que se escuchaban a miles de kilómetros.
Visualicé a mi alrededor; todo estaba oscuro y olía horrible, me encontraba en una especie de cueva que parecía laberinto y era algo estrecho, el suelo estaba cubierto de charcos de agua y de lo que parecía ser sangre, las paredes tenían grafitis y palabras obscenas.
Suspiré y me dije que no es momento de perder el tiempo, alguien me estaba siguiendo y yo debía escapar o buscar la forma de luchar por mi vida, pero la herida en mi abdomen bajo me dificultaba pensar, seguía sangrando y me dolía como el infierno, me había hecho un torniquete con un pedazo de tela de mi blusa pero no me había servido de mucho, ya que la sangre no paraba.
Todo mi cuerpo estaba empapado de sudor y sentía que me asfixiaba, cerré los ojos por un momento y me recosté en una de las paredes de la cueva, carajo, ¿así era como iba a morir? De pronto, mis 5 sentidos se pusieron alerta al escuchar pasos cerca.
Es él.
Huye.Vete.O mátalo.Esas voces llegaron nuevamente a mi cabeza, ¿cómo iba a matarlo si no tenía fuerza?
Con la poca energía que me quedaba empecé a caminar con dificultad, si quería vivir, debía encontrar la salida de esta cueva pero no podía ver bien, no faltaba mucho para que la pérdida de sangre causara que me desmaye, pero no me di por vencida. Seguí caminando lo más rápido que pude mientras presionaba la herida con mi mano derecha, y con la otra me sostenía de esas paredes sucias.
Ya no doy más.
Al mirar al frente me encontré con dos caminos, no conocía este lugar, y sentía que de la decisión que iba a tomar, dependía si moría o vivía.
Nunca había sido una chica indecisa, siempre tomaba las decisiones rápidamente y como siempre eran las mejores, pero ahora, no sabía que hacer, algo dentro de mi me hacía dudar como nunca.
Nuevamente, escuché los mismos pasos, pero esta vez sabía que estaba detrás de mi, acechándome. Y mi corazón paró, y todo dentro de mi se tensó.
—¿Por qué sigues escapando? Si de todas maneras vas a morir por mis manos— su voz era ronca, incluso se notaba algo divertida.
Tragué saliva y volteé con dificultad, y lo vi, aunque la oscuridad no me permitía ver bien, pude visualizar su silueta robusta, sus hombros anchos y me pareció ver una sonrisa ladina en su rostro. Al parecer llevaba unos pantalones holgados que estaban manchados de sangre y de tierra, sus brazos se encontraban en sus costados y en la mano izquierda llevaba un cuchillo, su torso estaba desnudo y su piel brillaba por el sudor.
—Así que vas a matarme con eso— hablé con la poca fuerza que me quedaba mientras señalaba el cuchillo con mi mirada.
Él soltó una carcajada estruendosa, y eso me molestó. Quería golpearlo pero sabía que no iba a poder, porque acabaría conmigo con mucha facilidad.
—No lo creo, tu muerte debe ser épica y si te mató con esto, perdería mi estilo— relamió sus labios mientras daba pequeños pasos amenazantes hacia a mi.
Bien, Raquel, este será tu fin. Moriré sola, virgen y a manos de un psicópata. Cool, ¿no?
¿Acaso debo rendirme ahora?
No quería morir así, y no quería ser la típica persona que muere luchando hasta el final, siempre quise una muerte en paz, en cama, con mis seres queridos alrededor de ella recordando los buenos momentos, pero lamentablemente no iba a ser posible.
—Eres un estúpido traidor— escupí, con odio, aunque no pudiera luchar, quería herirlo con mis palabras, pero justo ahora no se me ocurría nada bueno— fingiste ser bueno, fingiste que nos ibas a ayudar pero todo fue una farsa ¡me das asco!
Él se detuvo un momento y ladeó su cabeza, y nuevamente, una sonrisa torcida apareció en su rostro. No lo reconocía.
—No sabía que sentías algo por mi, aunque me alegra— levantó su cuchillo y lo observó con diversión, para luego fijar sus ojos en mí, tardó un momento mientras me analizaba y después habló — creo que cambié de opinión, no mereces una muerte mejor que esta, creo que será interesante introducir esto en tu cuerpo— volvió a caminar otra vez, y yo hice lo posible por retroceder unos pasos. Estaba cagada de miedo, no quería que algo punzante atravesara mi piel— ¿por dónde empezamos? ¿El muslo? ¿O por el brazo? O mejor aún, ¿perforando algún órgano de importancia? ¿Qué dices? ¿Estaría bien empezar por los pulmones?
M****a. M****a.
Lo observé con desdén.
Era un completo asesino y enfermo, por mi mente pasaron varias formas de matarlo pero ahora no podía.
Maldición
Si tan solo tuviera más fuerza.
Si tan solo no me hubiera herido.
Si tan solo yo fuera mas fuerte.
El hubiera no existe, Raquel.
No tenía nada más que hacer ni decir, no podía luchar, ya no me quedaban fuerzas para hablar y tampoco energía para escapar. Al fin y al cabo, era mi culpa por confiar en él y creer en su palabra, todo es por mi, por ser tan ingenua.
—Creo que antes me divertire contigo— dijo observando mi cuerpo con una expresión pervertida.
Sentí asco.
—Eres un completo imbécil.
Él bajó su cabeza y negó entre risas, y después alzó su vista para fijarla en mi.
—Y tú, a pesar de estar en la m****a sigues luciendo hermosa— lamió su labio inferior. ¿Por qué carajos sale con esto ahora? ¿Por qué a pesar de estar en esta situación el seguía diciendo cosas como esta?— ¿lo ves? Hay cosas que no se pueden cambiar.
Quería mandarlo al infierno, juro que intenté lanzarle los insultos más crueles que se me ocurrieron, pero eso no pasó, había perdido demasiada sangre, y todo se hizo negro, caí en un mar de oscuridad.
Carta de Ryan Miller a Raquel Rivaille Tres meses después de su muerte Hola, mi ángel, soy Ryan. Te extraño, demasiado. Extraño escuchar tu risa llena de alegría, extraño como tus ojos me miraban cada vez que estábamos juntos o repletos de personas, extraño el roce de tu piel con la mía, y sobre todo extraño tu voz. Tu voz era como una melodía para mi, y siento que la estoy olvidando. No quiero preocuparte, pero me siento vacío. El día de tu funeral, el cielo también lloró. Todos tus seres queridos acudieron a tu despedida, Isaac estuvo ahí, serio y con un semblante vacío, Matías y Victoria no pararon de llorar, los vampiros acudieron y estuvieron en silencio, ¿sabes? Nicolás me dijo que te admiraba. Pero me siento tranquilo, estas enterrada al lado de tu padre, ahora nadie podrá separarlos. Victoria y Gianluca están juntos ahora, estoy seguro de que él la ama demasiado y la pro
Quemaba. Mi cuerpo quemaba. Desde la punta de mi cabello hasta las puntas de los dedos de mis pies. ¿Por qué? la magia estaba en su máximo esplendor. Sentía tanto poder que creí que se iban a romper gran parte de mis huesos. Mi corazón latía tanto que en cualquier momento iba a salirse de mi pecho y rebotar en la pared. Vi los cuerpos, vi como Fleur daba su vida por mi hermano, la gran hija de perra tenía sus ovarios bien puestos. Vi como Nicolás y los demás vampiros peleaban con los demás hombres lobos para que yo me enfrente a Ron, vi a Isaac lastimado y apunto de desfallecer, vi sangre y cuerpos por doquier, también noté como Ron se cagaba de miedo pero intentaba fingirlo, pero no vi a Ryan, no vi al hombre que amaba por ninguna parte y temí que le pasara algo. Pero vi mi muerte, sabía que pelear, y decidir a quien matar, fijaba mi paz o tormento después de mi muerte, no había nada más que hacer, pero si tenía algo, y era pelear c
VICTORIA LEVINEEstaba asustada, nunca había visto una pelea tan de cerca. No sabía como ayudar porque ellos eran aún más veloces y fuertes que Matías y yo, nosotros éramos inservibles en estos momentos.Cuando Tyler se transformó y abalanzó hacia a nosotros, Gianluca se interpuso y nos pidió que corriéramos, lo cual hicimos pero no sabíamos como colaborar, mi mejor amigo y yo estábamos en el primer piso de la mansión, en la cocina, ambos no sabíamos que hacer, si Raquel estuviera aquí de seguro habría tomado algo para defenderse, por si acaso, pero yo no sabía que hacer, mi cerebro no quería pensar ni funcionar en este momento.—Vic-Victoria, es-estoy muy asustado— habló Matías a mis espaldas, me tenía sujetada de la cintura por lo tanto podía sentir como su mano temblaba a t
FLEUR AXGolpes, gritos, cosas destruyéndose, más golpes, más gritos, un fuerte olor a sangre por todo el lugar, sonidos de cadenas, corazones latiendo y otros rompiéndose, todo eso podía escucharlo, olerlo y percibirlo desde la terraza mientras fumaba un cigarro.Sabía que todos se estaban matando, ¿me importaba? en absoluto. Suspiré dando una calada a mi cigarrillo, y mirando el cielo, estaba hermoso. De pequeña me encantaba verlo, parecía que allá no habían problemas y dolor, pero me era imposible saberlo, era un jodido ser inmortal, ¿qué mas daba?—No— escuché una voz a lo lejos con mi oído agudizado. Me encogí de hombros terminando mi cigarro, después de esto, sería libre y podría irme de viaje, a la playa, y conocer nuevos humanos con sangre deliciosa. Me incorporé, lista para
RYAN MILLERDejar sola a Raquel, no me parecía buena idea pero si quería salvarla, debía buscar la forma de hacerlo, de una manera rápida, por lo tanto tenía que moverme solo. Esperaba que la anciana la ayude a quitar esas cuerdas, pero sabía que ella no podía quitar la magia del cuerpo de Raquel, había hablado con ella ya, y a pesar de mi interés y desesperación, la anciana me había asegurado que quitar eso no era posible, a pesar de la conexión que teníamos los dos, eso no era suficiente, la magia era demasiado poderosa para el cuerpo de mi niña, ¿cómo podía salvarla? no tenía ni la más mínima idea.Me encontraba mal, pero no podía demostrarlo, Raquel tenía que vivir, yo juré protegerla y lo haría aunque me cueste la vida. Por lo tanto, debía buscar algo que me ayude en lo
Mi cabeza dolía porque sentía unas pequeñas punzadas en la zona occipital, tragué saliva y noté que mi garganta estaba rasposa y seca, intenté mover mis extremidades pero sentí todos mis músculos entumecidos, entonces, con dificultad abrí mis ojos y una pequeña luz provocó que los volviera a cerrar, ¿en dónde mierda estaba?, sentí mi cuerpo pegajoso por el sudor y en donde quiera que estaba, había poco oxígeno porque sentía que me ahogaba. Volví a abrir los ojos y lo primero que noté fue una luz blanca, ¿acaso así era mi camino hacia el más allá?Carraspeé y miré todo después de parpadear varias veces.Estaba en una habitación, las paredes estaban sin pintura y sucias, el suelo era de madera y tenía unas manchas que parecían ser de sangre, solté una mueca d
Último capítulo