Erik intervino, molesto por el tono del híbrido:-Siéntate, Gabriel. Tenemos que hablar.La tensión entre ambos licántropos de sangre alfa, era palpable.Pero la curiosidad y el deseo de saber lo que pasaba, era mucho mayor, así que el más joven obedeció, apretando los dientes y a punto de gruñir.En medio de la intensa lucha de auras, Selena se friccionaba las manos impaciente.Todo su futuro dependía de una conversación que no deseaba tener y una decisión que no tomaría ella.Sintió náuseas de sólo pensarlo, pero apoyó una mano en su vientre y se contuvo.Miró al licántropo de cabello blanco, que permanecía sereno y con los brazos cruzados y luego a Gabriel que se sentaba con lenta parsimonia.Un silencio los envolvió mientras cada uno ordenaba sus ideas.Al fin, fue Selena la que comenzó a hablar, con una voz apenas más alta que un susurro:-Respondiendo a tu pregunta, sostengo lo que te dije hace un momento: no sé quién es el padre de mi cachorro. Por lo que entiendo, podría ser t
Gabriel la miró a los ojos, verdes con brillos dorados y se olvidó de que Erik también estaba allí. Dio dos pasos amplios, llegando hasta ella y la abrazó por la cintura que comenzaba a ensancharse, llenándose de su olor, aspirando con verdadera necesidad.Gruñó al responder, apoyando su frente sobre la de ella y cerrando los ojos:-No. No quiero rechazarte. No puedo… Intentaré lo que dices. Si es lo que quieres, seremos esa extraña familia que creen que es posible… No lo sé, no entiendo mucho de todo esto y para mí es demasiado nuevo… Aún siento que despertaré de pronto y seré tu socio en tu empresa exitosa… Ahora, todo eso parece lejano, irreal… No puedo pensar con claridad, pero sé que no debo confiar en Kairon. Baltic es diferente, pero no se rebelaría contra su alfa… Jamás te pondría de nuevo en peligro. Cometí un error y lo siento… Pero te juro que no volverá a pasar…Ella respiró aliviada. Los amaba demasiado, a ambos, y esperaba con ansiedad el momento en que ellos la marcara
Los rayos del sol calentaban apenas cuando un par de vehículos negros y sin señas que los identificaran llegaron al hotel en que se alojaban Selena y Gabriel.El alfa blanco respingó apenas la nariz cuando la evidente marca territorial del híbrido sobre su compañera llegó a sus fosas nasales. No se lo reprochaba, habría hecho lo mismo de cara a lo que pasaría durante los próximos meses.Los observó atentamente y no pudo evitar preocuparse al ver a la mujer loba un poco más agobiada.El embarazo sería una prueba muy demandante para ella, y las evidencias estaban a la vista. Aguzó el oído, y también los escuchó.Dos cachorros… Era imposible no intentar imaginar cómo serían, aunque no pasaría demasiado tiempo para que averiguaran quién era el padre biológico de su primera camada como familia.Hasta ahora, mientras observaba a Selena y al otro dentro del automóvil, sumidos en sus propios pensamientos, parecía que todo salía según lo planeado. No había señales de los hombres de Kairon, p
Los autos se detuvieron a unos doscientos metros de su primer destino. La columna de humo ya era visible desde allí.Erik se bajó con cautela, observando alrededor para ver si estaban los hombres que había dejado a cargo de la vigilancia de la cabaña. Sin desplegar sus fuerzas, ordenó a uno de los choferes que investigara en sigilo.Más aún que la suerte de sus subordinados, le preocupaba que se hubiera filtrado información… ¿Quién era capaz de traicionarlo revelando la ubicación de ese escondite?No le quedaban muchas opciones.Selena aún dormía en el interior del vehículo, apoyada en Gabriel que miraba hacia afuera en estado de alerta.Apenas el alfa blanco se asomó, lo interrogó con la mirada.Erik susurró en voz muy baja:-Es claro que tengo un traidor en mi manada. Hasta saber quién es, habrá cambio de planes…-¿Qué cambios?Él señaló a la mujer embarazada y dijo con algo de culpa:-Tendrá que quedarse en mi casa… Y las cosas pasarán más rápido de lo que esperaba… Lo siento. Cre
"¡Corre! ¡Ve más de prisa, Maia!... Los árboles aún son demasiado altos estamos en territorio peligroso… si nos dan caza…"Ella sólo gruñó, molesta, resoplando con fuerza a cada zancada, pero perdiendo impulso sin remedio.Sé que iba al límite de sus fuerzas y que no podría hacerlo por más tiempo.Pronto debería tomar las riendas y probablemente deteneme.Aún sentía el penetrante olor de la sangre en mis fosas nasales, y en mis ojos perduraban las imágenes de lo que me encontré al regresar a la casa…Salieron de la nada, no los olimos ni oímos al llegar y las alarmas, misteriosamente, no sonaron.Todavía no logro comprender cómo, ni por qué.Esas alarmas, sumadas a los centinelas, por generaciones habían convertido al nuestro en un territorio inexpugnable. Evadieron a nuestros guardias sin mayor dificultad y un grupo de ellos entró a mi hogar… no quedó nadie. Quisiera haber podido detenerme a llorar.No dejaron absolutamente a nadie con vida, o de una pieza..Sólo el tibio líquido r
Nadie conocía su pasado, pero, de algún modo, había logrado escalar hasta la cima del mundo corporativo, ella, una mujer con la que todo era misterio.Y, para generar aún más susceptibilidad, no dirigía cualquier empresa, sino aquella más grande y competitiva del ambiente, aquella tan seductora y difícil: la del perfume.Era extranjera en ese país, pero aunque el enigma que la rodeaba era atractivo, nadie, nunca, se atrevería a preguntarle a Selena Wolf de dónde venía y cómo era su familia.Tenía un olfato único para los negocios, de eso no había ninguna duda, y parecía haber devorado, casi literalmente, a toda su competencia. Por eso mismo, no confiaba en nadie.Por eso mismo, su última asistente temblaba frente a ella como una hoja, lívida como el papel.-Susan, había una sola persona en toda la empresa que tenía acceso a la fórmula de mi fragancia en desarrollo… ¿sabes lo que eso significa?La joven no podía ni mirarla a los ojos.Selena era alta e imponente, con un cabello castañ
Toda su vida había perseguido una utopía. Una obra maestra que fuera su mejor creación.Era joven, pero ambicioso y lleno de vigor, luego de todo lo que había sufrido.No encajaba en el mundo que lo rodeaba y eso probablemente podría adjudicárselo a su orfandad.Crecer en ese orfanato horrible, sufriendo además el acoso de sus compañeros por tener un aspecto pálido y débil, lo había vuelto más reservado.Sabía que era diferente a los demás, podía sentirlo en lo más hondo de su ser.Pero, al llegar a la adolescencia, ya no le importó. Y todo cambió.Ahora era alto y bien formado de ojos y cabello profundamente negros, así que pronto dejaron de molestarlo tanto, lo suficiente como para sumergirse en sus propios intereses y aficiones, empezando por la química. Pronto se dio cuenta de que debía explotar además esas cualidades de líder nato que los deportes despertaron en él, y también estudió una carrera empresarial.Siempre curioso, siempre buscando más.Por sobre todo, anhelante de pod
Selena evaluó el cumplido, mirándolo directamente a los ojos.Intentaba descifrar si era un hipócrita buscando caerle bien, o si sus palabras eran honestas.De los falsos amigos estaba agobiada, y sin duda podía apreciar la sinceridad en un momento como éste. Decidió, mirando la oscuridad de sus ojos, que estaba siento honesto.Y eso le agradó. Necesitaba esa tranquilidad.Por supuesto, era más que consciente del peligro que representaba para ella contratar a Gabriel para un puesto en el que estarían en contacto continuamente, aunque podría encontrar el modo de disminuir esos contactos al mínimo, viéndose las caras en ocasiones estrictamente necesarias. Pero, por otro lado, ahora que lo tenía allí, frente a frente, sintiendo cómo sudaban las palmas de sus manos y el aroma potente y a la vez sutil de los cedros y las magnolias de un bosque húmedo que le hacía casi imposible no abalanzarse a él y reclamarlo, parecía titánica la tarea de renunciar a su presencia.Lo quería cerca, aunq