Capítulo 22. Regresaste por mí...
La mujer saltó de la cama en estado de completa alerta.
Había escuchado los ruidos a la distancia y percibido la alarma en sus guardias.
Algo pasaba en el exterior de la casa en la que era prisionera y sólo tenía una alternativa.
Aún estaba débil por sus días inconsciente y no había comido nada, apenas estaría hidratada, suponiendo que en su estancia en el hospital hubiera recibido suficiente suero, ya que allí no estaba conectada a nada, pero transformarse era la mejor opción, ya sea que tuviera que pelear o correr.
Selena no era una loba débil, su tamaño era mayor al promedio, incluso como mujer era alta y de aspecto imponente.
Pero no era ese su mejor momento en lo que respectaba a su físico. Si tan sólo hubiera comido carne, al menos un trocito…
Entonces, agazapada en las sombras sobre sus cuatro patas, mirando fijamente la puerta de su habitación cárcel, sintió su aroma familiar y su boca se llenó de saliva.
Maia se agitó excitada.
"Es él… Vino a buscarnos"
El perfume era incon