El calendario mental de Clara hace clic. Tenía un atraso importante.
Se sienta en el borde de la cama, con el corazón latiendo con una fuerza descontrolada en el pecho.
Busca su celular, abre la aplicación del ciclo menstrual y cuenta los días. Cinco semanas de atraso. Cinco. Las cifras le gritan desde la pantalla. No pueden ser casualidad. No pueden ser error.
—No puede ser… —murmura con la voz atrapada en la garganta.
Una ola de miedo la golpea de frente. Un miedo primitivo, agudo, que la deja helada y en alerta. El cuerpo le tiembla, los dedos se aferran al celular como si fuera un salvavidas. Pero nada en su entorno parece salvarla de lo que siente: el abismo que se abre ante ella.
Sin perder tiempo, se pone un abrigo encima del pijama, recoge el cabello en un moño desordenado y sale de su departamento.
Corre, literalmente corre, a la farmacia más cercana aprovechando que Ethan ya se había marchado para la oficina esa mañana
Daba gracias porque, lo menos que deseaba en estos mom