Escuché un pequeño rechinido y volteé aún con el vaso sobre mis labios. Los ojos oscuros de Jackson me observaron, haciendo que una gota de agua se escapara por la comisura de mi boca y rodara por mi barbilla hasta mi cuello. Solo pude ver cómo mi hermanastro siguió fielmente el recorrido de esta hasta desaparecer por debajo de mi blusa.
—Estás aquí —atinó a decir perezoso, desviando su mirada hasta el refrigerador a mi lado.
No respondí cuando lo vi caminar hasta allí y sacar un recipiente de comida.
—Tu padre se ha ido con mi madre a cenar... hoy es su aniversario. —Me incliné sobre la orilla del fregadero, observando cómo Jackson ponía ese mismo recipiente en el microondas.
—Mmm, ya veo. Gracias por el aviso.
Agradecí poniendo el vaso a un lado y caminé rumbo a la salida...
—Jia —me llamó.
Detuve mi mano en el pomo de la puerta y esperé.
—Quisiera... em... pedirte disculpas —musitó algo nervioso—. Yo no debí haber expresado eso de ti... no eres así.
Giré sobre mis talones y lo obse