—Estamos pensando en que Jia, por tener la cama más pequeña, se duerma contigo. —Mi padre lo miró seriamente, como siempre lo hacía.
Pero la noticia no podía ser mejor.
Ambos nos miramos, soltando una casi imperceptible sonrisa, y asentimos.
—No es que me agradé la idea, pero si no hay otra opción —dije, aparentando molestia mientras me reía por dentro.
—¿Jackson? —Reina lo miró atentamente.
Él solo asintió, guiñándome el ojo.
Me levanté de repente y fui hacia mi padre, abrazándolo por la cintura con una mirada tierna.
—Papi, debería recibir una recompensa por mi sacrificio, ¿no lo crees? —dije sugerente, mirándolo con timidez.
Mi padre sonrió con amabilidad y me tomó entre sus brazos, besando mi frente con delicadeza.
—Niña lista. ¿Qué quieres, pequeña? —Sonreí tiernamente.
—Que me des permiso para ir a la fiesta de Alex, por favor.
—Ya te había dicho que si Jackson no va, tú no puedes ir.
—Irá... ¿Verdad, Jackson? —Lo miré coqueta y él asintió, aunque no muy convencido.
Me había cos