—Debería de regresar a clases y tú también, no podemos estar todo el tiempo en cautiverio. —Le di una mordida a mi sándwich de jamón y queso—. No estoy quejándome de esto, pero pueden llamar a papá si no contestamos. —Jackson miró hacia enfrente pensativo.
—¿Y qué pasará ahora?
—No podemos seguir con esto. —Su expresión cambió a una triste—. No quiero seguir siendo tu hermana, Jackson —me apresuré a decir.
Él me miró soltado una gran sonrisa.
—Bebé... —Tomó mi mano y la llevó hasta su boca besando el dorso—. Te amo y eso jamás lo olvides. —Asentí dándole un beso rápido en la mejilla.
—Lo sé —susurré—. Podemos vivir aquí, lejos de papá, ser solo tú y yo y cuando ambos nos graduemos empezaremos desde cero, donde nadie nos conozca.
—¿Harías eso por mí? —Me miró ilusionado.
—Por ti sería capaz de cualquier cosa. —Nuestros rostros se acercaron juntando nuestros labios, deje aún lado mi desayuno subiendo a su regazo donde empezamos a tocarnos de nuevo.
.
.
.
Después de ducharme esperé para