Ella trató de limpiar sus lágrimas, esto era serio, mucho si Deyna empezaba a llorar.
—¿Quién tuvo la idea de esto? —Alex señaló a Deyna.
—Pero tú primero lo sugeriste —respondió con enojo.
—Solo mencioné que lo había visto en un video porno, nada más... Además, no sé por qué te enojas, yo no dije nada cuando te... te corriste dos veces con él.
Ay, Dios, no quería escuchar eso. ¿Quién me mandaba a ser la consultora matrimonial?
—Esto está complicado, sin embargo, entiendo el punto de Alex...
—¡Jia! —Deyna exclamó en desacuerdo.
—Lo entiendo, más no lo apoyo, Deyna —aclaré. Alex abrió la boca, ofendido—. Ni a Deyna.
Los dos me miraron expectantes.
—Vamos, chicos, no pueden pedirme que sea condescendiente con ninguno de los dos. Son mis mejores amigos y así como no quisieron mencionarme que salían, yo tampoco quiero decir quién creo que tiene la razón... —Y realmente no lo sabía—. Solo quiero pasarla bien... con mis amigos, porque a eso vinimos, a divertirnos...
Los tomé del brazo y les