Se despertaron al otro día cuando el sol ya comenzaba a pegar a través de las cortinas de la habitación, Bridgette estaba dormida boca abajo en la cama y estaba desarropada y completamente desnuda. Nada más con verla Steve sintió que su virilidad empezaba a llenarse de fuerza y una incipiente erección lo sorprendió un poco.
Ella se despertó en ese momento y lo miró a los ojos por unos momentos y le sonrió, luego su vista fue bajando por el bien formado cuerpo masculino y cuando vio que su virilidad estaba bastante despierta abrió los ojos con sorpresa y luego se relamió los labios.
—¿Estás deseoso de mi de nuevo, Steve? —le preguntó con malicia en la voz.
—Pues parece que él y yo te adoramos —le dijo riendo por su propia ocurrencia.
—Y en tu casa podremos andar desnudos así? —le dijo sonriendo— Así podré mantenerte “motivado” todo el día.
—Bueno, espantarías a mi ama de llaves —le dijo él riendo— Ella es bastante severa, hasta me da miedo a veces.
─¿Y yo debo tenerle miedo? ─preguntó