Lorena asintió mientras se levantaba y sacaba su teléfono, pasándole a María unas fotos.
—¡Publícalas ahora! —dijo Lorena.
María palideció de asombro al ver las fotos.
Nunca había visto a Bella así.
Bella estaba acurrucada en los brazos de un hombre y no dejaba de sonreír ni siquiera cuando miraba hacia abajo.
Aunque llevaba gafas de sol y una máscara, la figura era exactamente igual a la de Bella.
El hombre rodeó fuertemente la cintura de Bella con el brazo y los dos salieron como si estuvieran flirteando.
Las fotos lo habían dicho todo.
A María le temblaban las manos.
Sintió una vaga inquietud en el corazón.
«¿Será verdad que mi madre me ha engañado?»
Apretó los dientes y sintió un escalofrío incontrolable.
Lorena sabía que María tenía su propia cuenta y, aunque no usaba Instagram a menudo, su condición de la Srta. López le daba bastantes seguidores.
En cuanto colgara las fotos, todo internet se enteraría.
María tenía miedo y pánico, pero no le quedaba más remedio.
Nada más publicar