Cuando bajó a desayunar con Alex, Arthur ya estaba en la mesa. Se sintió un poco incómoda, pero respiró hondo y trató de fingir que no pasaba nada.
- Buen día. - Saludó con calma.
Ella respondió al saludo y permaneció en silencio. Tan pronto como Alex se sirvió un poco de café, se levantó y trajo algunas pastillas, colocándolas a su lado sobre la mesa.
- Y no sirve de nada decir que no lo tomarás. - dijo Arturo serio. - Sabemos bien cómo pasaste estos últimos días.
Alex no dijo nada. Tomó los medicamentos que su padre le dio sin dudar.
Una vez que desayunaron , Alex se ofreció a acompañarla a la casa de Dani. Ella aceptó. Subió a cambiarse de ropa. Y eran solo ella y el Dr. Adam.
- Finalmente solo. - dijo Arturo.
Ella lo miró preocupada.
- ¿Esta pasando alguna cosa? ella preguntó.
- Como te dije ayer, no ha estado bien los últimos días. No pudo haber llovido ayer.
- Lo siento, Arturo. No tenía intención de dañar a Alex de ninguna manera, al contrario. Terminamos discutiendo... Fue muy