-¡Bruna, despierta!
Bruna abrió los ojos lentamente y luego los volvió a cerrar cuando sintió la luz del sol. Reconoció la voz de su madre.
- ¿Qué pasa, mamá? – preguntó, aún con los ojos cerrados. Sentí mucho sueño y un poco de dolor de cabeza.
- ¡Bruna, dormiste casi todo el día! - observó Ángela.
- Debe ser la medicina. ella observó. - Todavía me estoy adaptando.
Abrió los ojos y trató de mantenerlos así.
- Es hora de adaptarse a las drogas. Necesito levantarme.
- Yo no quiero. ella respondio.
- Debe haber dormido unas 20 horas. Tienes que salir de esta cama. Hablaré con su médico, estos medicamentos deben cambiarse.
Angela comenzó a ordenar la habitación mientras Bruna se ponía una almohada sobre la cabeza, tratando de permanecer un poco más de tiempo en la oscuridad.
- Bruno, lo digo en serio. quiero que te levantes
Quitó la almohada y se sentó en la cama, un poco molesta.
- ¿Te sientes bien? preguntó Ángela.
- Sí.
- No parece. No estás en tu estado normal. me estoy preocupando
-