Alex trató de abrazarla, pero ella lo empujó. Él insistió y ella terminó aceptando su cálido y húmedo abrazo. La lluvia seguía siendo fuerte, pero a ella no le importaba.
- ¿Todavía amas al hombre que te abandonó? preguntó.
- ¿Aún crees que te busco por lástima? - respondió ella.
- No respondes a mi pregunta...
- Ni tú la mía...
- No creo que sientas pena por mí... Pero lo que más me preocupa eres tú. No quiero que sufras.
- Nadie quiere que sufra... Pero se olvidan de preguntarme qué pienso al respecto. Y no me importa... solo quiero... a ti. ella confesó
El la beso. No le importaba nada más, ni siquiera lo que había pasado antes. Sólo había una certeza: quería a Alex. Quería su cuerpo junto al de ella, su boca junto a la de ella y su corazón.
Alex la recogió y la llevó de regreso a su casa. Aunque todavía sentía dolor en el pie, estar a su lado curaba cualquier dolor. Se sentía feliz a su alrededor, como si nada más importara excepto ellos.
Cuando entraron a la casa, Arthur los espe