—¿Qué ocurre?— quiso entender Lorette.
Lawrence se echó a reír entre dientes. Al fin encontraba esa pieza que tanto necesitaba. Al fin, lograba entender lo que había intentado hacer su padre con todo el asunto.
—¿Te das cuenta que esta unión es lo peor que pudo consentir mi padre?— preguntó ominoso.
Para él, todo estaba tan claro como el agua. Pero, al juzgar por la expresión de Lorette, ella no conseguía enterarse de nada. Él volvió a reír entre dientes, ser consciente de ese asunto lo ponía de buen humor.
— Que me vaya yo, es fácil de disfrazar ante la sociedad, le bastará decir que es porque estoy loco y que, pese a sus esfuerzos, más no pudo. Se lamentará y llorará lágrimas falsas, a nadie le importará. Incluso, lo compadecerán y me pondrán en el papel del villano.— explicó con simpleza — Pero ¿Qué ocurre con sus otros hijos? Ellos no están locos, según la sociedad. Ellos siempre se comportaron como él que quería. Si ellos se van, si ellos son desheredados. Ahí no podrá enmarcarl