Mundo ficciónIniciar sesiónElena no dejaba de intentar tranquilizar a Valentina, que se veía nerviosa aunque se esforzara por ocultarlo. Elena lo sabía; desde el momento en que se sentaron en ese rincón del café, la inquietud había estado clavada en los ojos de su amiga. Por eso la empujó a salir, a cambiar de ambiente. Permanecer demasiado tiempo en aquella casa lujosa pero sofocante no le hacía ningún bien. Su argumento sonaba extraño, pero al final Valentina se dejó convencer.
—¿Estás segura de que deberíamos hacer esto, Elena? —preguntó Valentina otra vez—. Sabes que esto está totalmente fuera de mis costumbres.
Elena soltó una risa leve.
—¿Y qué tiene de malo? No hay nada incorrecto en reunirse con un amigo, ¿o sí? Además, casi cada dos semanas te encuentras con él. Aceptar la invitación del doctor Juli&






