―Ya deja de hacerte esto ―Lo apreté más fuerte contra mí―. Me da rabia cada vez que te culpas por las acciones de los demás.
―Ya sabes lo que yo siento cuando tú haces lo mismo ―replicó. Trató de sonar humorístico, pero era obvio que recordar y compartir sus traumas lo estaba afectando.
―Mi niñez estuvo llena de “accidentes”. La gente a mí alrededor pensaba que simplemente era un niño con mala suerte. A los nueve años fui internado por tener una reacción alérgica provocada por un pastel de fresas en el cumpleaños de un compañero de la escuela. Su madre juraba haber excluido por completo cualquier producto que tuviese ese componente. Misteriosamente, un saborizante de fresa llegó a mi pedazo de pastel.
―Eso de por si era muy sospechoso.
―Pero las cosas no pasaron a mayores porque mis padres no armaron escándalo. Y claram