Near.
Ni Leander ni yo podemos creer que esto realmente esté ocurriendo. La tenemos a ella debajo de nosotros, gimiendo despacio, mirando nuestros ojos, con sus paredes calientes y mojadas apretando de forma asfixiante. Y no paramos de mascullar palabras al azar porque por un momento nos sentimos estrangulados. Ella envuelve el miembro de Leander con mucha entrega y eso me enloquece al imaginar cómo podría sentirse en mi lugar.
Su rostro deslumbrado por el momento, esos jadeos y los latidos acelerados de su corazón. Todo es mucho más abrumador al sentir al menos la mitad de lo que ella siente. Nuestra entrega es mutua, apasionada y única. Lo que siempre esperamos en nuestra primera vez con nuestra compañera.
—Voy a tomar el control, Leander —le advierto, ansioso.
Leander une su frente con la de Dania mientras sale de ella. Y parece dolorida, pero sé que no tiene intenciones de que esto acabe aquí. Ella me espera, porque quiere sentirnos a ambos en control.
Leander deja que su ser se va