129: El revuelo.
Después de un tiempo hablando, como si la cabaña le perteneciera a Dania y los Cox, Esther pide permiso para usar su cocina. Dania ríe y le dice que puede ir, así que la pelirroja toma de la mano a su amiga y la arrastra hasta la cocina, que por suerte está apartada y cerrada de la sala.
Adriel sigue a la chica con la mirada, y esta siente las cosquillas en su nuca, queriendo alejar esas sensaciones.
Suspirando, habla.
—¿Qué vas a hacer?
—Temprano traje algunas galletas. Ayúdame a hacer té para repartir…
Lavinia accede, buscando una olla grande para hervir el agua, pero entonces siente otra mirada en ella.
—¿Qué? —Arruga la cara—. Deja de mirarme así, ¿qué sucede? ¿Vas a decirme cómo vas con Alfa Oziel o…?
—A partir de hoy lo de Oziel y yo es cuento viejo —declara la pelirroja, divertida, y casi cómplice le toma la mano y la mira fijamente—. Adriel Cox.
Lavinia no entiende a qué se refiere, hasta que reacciona y sus mejillas se enrojecen de nuevo. Se molesta por eso.
¿Por qué tiene qu