Margot
La oficina de papá, como siempre, huele a pino y café. Todo está tal cuál como hace unas semanas que vine a firmar el contrato para trabajar en la columna de opinión. Hoy he estado teniendo sentimientos encontrados a lo largo del día. Recordando todas aquellas razones por las que durante años el periodismo fue mi pasión y me siento como si hubiese traicionado a la Margot que quería todo esto. En resumen tengo la cabeza hecha un caos.
Camino por la oficina viendo los cuadros familiares que mi papá cuelga con orgullo en las paredes, en su mayoría son fotos de mis hermanas, mi mamá y mías. Hay una en especial que me gusta muchísimo y es de cuando tenía como unos siete años y mi padre me trajo a pasar el día del niño en el periódico junto a los hijos de los demás trabajadores. Nos hicieron pasar un día como si fueramos adultos y fue una de las experiencias más felices de mi vida, puede que haya sido ese momento el que me impulsó a estudiar periodismo.
Escucho la puerta cerrarse a