Aun roja se sintió indecente. ¿Qué clase de pensamientos eran esos? Incluso aunque podría atribuir sus sueños al trauma constante de la intensidad de su aprendiz contra ella, su mente era su mente.
Sacudió su cabeza —Nada
—¿Nada? Solo espero que la persona del sueño fuera yo —mirada tranquila y vigilante
Selene no tenia experiencia en este tipo de cosas. Pero no era ingenua. Había visto libros de textos sobre estas cosas, quizás de ahí saco cada imagen reproducida en su cerebro.
—Cállate. —soltó entre dientes
Reined pareció satisfecho — Así que si era yo —la mira con cautela —Cualquier cosa que haya hecho yo en tus sueños. Créeme, puedo mejorarlo. Te aseguro que soy mucho mejor que lo que haya hecho ahí. Puedo superar al Reined de tus sueños.
Cuanta arrogancia. Cuanto descaro.
—¿Desde cuando eres tan liberal? —agito su cabeza en desacuerdo. El Reined que había criado era eso, un crio.
—Créeme ya tenia estos pensamientos incluso de joven —fijo su vista al techo con sus brazos cruzados