~No es que extrañe tus besos, es que mis labios te necesitan~
–Te veías hermosa cuando te quitaste la blusa –le dijo sonriendo, sin tener idea de cómo lo iba a tomar ella, pero seguro de que algo iba a contestar.
Neyra lo miro haciendo un gesto, al no saber si lo dijo en broma o para hacerla enojar.
–¿Quieres dejarme sin capataz? −cuestionó, al no escuchar contestación de ella.
–¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? –preguntó sorprendida sin entender el motivo de su comentario.
–Todo, ¿quieres matar a tu papá de un coraje o qué? No sabes la cara que puso cuando te vio quitándote la blusa.
–No es como si no hubiera traído nada abajo. Lo que traía cubre más que un bikini, además a veces salgo a correr así. −dijo justificándose.
–¿Y en la mañana que venías a todo galope? ¿No quedamos que no ibas a montar sola?
–No estaba sola, había mucha gente. –contesto sonriendo, haciéndose la desentendía.
–¿No te preocupa que te puedas caer? ¿Qué hubiera pasado si te sientes mal?
–No hubiera monta