Me aparto de Daisy y atraigo a la mujer que está frente a mí para abrazarla. "Samanta", le digo, besándola en la mejilla. Como estoy casi a mi altura, no es necesario agacharse.
‘‘Hola Collin, y esta hermosa mujer debe ser Daisy ‘‘dice, dando un paso a mi alrededor antes de envolver a Daisy en un abrazo propio.
‘‘Hola ‘‘chilló Daisy, intentando captar mi mirada y observando a la mujer del tamaño de una amazona que tenía frente a ella.
Samanta es una auténtica pasada. Mide un metro ochenta y su pelo recién teñido de negro combina con el tono ébano del vestido que lleva. Al más puro estilo de Samanta, está vestida para sorprender. Me pregunto si Harper se inspira en Samanta. El vestido es largo hasta el suelo, con una abertura delantera casi hasta el ombligo. Está cubierto de lentejuelas de ébano que brillan cuando camina. Una gruesa cadena cuelga entre sus pechos. Su esbelta figura le permite lucirlo a la perfección.
‘‘Soy Samanta. Bienvenida a Williams World, Daisy. Ya es hora de que