Capítulo 0193
Luna vio que Leandro no decía nada, ni mostraba intenciones de proteger a su hija. Se le llenaron los ojos de lágrimas y sintió desilusión.

Con Sía en sus brazos, quería bajar las escaleras, sin importarle ser expulsada, ya que nada más importaba. Solo quería llevarse a Sía. ¡Ahora! ¡Inmediatamente! ¡Al instante!

Pero Leandro extendió su brazo para detener a Luna y, con fuerza, la tiró hacia atrás.

—Margarita, lleva a Sía al ático y no le permitas salir hoy. Cancela la equitación; nadie la acompañará. Déjala reflexionar bien —dijo con enojo.

Luna miró a Leandro con los ojos desorbitados, incrédula. ¿Qué significaba eso? ¿Condenar a Sía sin discernir la situación? ¿Por qué? En su opinión, Sía había sido injustamente acusada; estaba segura de que Silvia había orquestado todo.

Sin pruebas, ¿cómo podía Leandro ser tan injusto? ¿Inclinar su apoyo hacia su propia hermana en lugar de su hija, sin dudar?

Sía era solo una niña, por naturaleza callada, reacia a comunicarse con los demás. ¿Cuánto
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